viernes, 9 de agosto de 2013

La Palabra de Teresa en el Consejo Nacional de la OCDS

Queridos hermanos en Cristo Jesús, el Consejo Nacional de la OCDS de Venezuela, al igual que las diferentes comunidades que  conforman la Orden a nivel nacional, quiere hacerse presente con un modesto aporte sobre la resonancia de la lectura de las obras de la Santa Madre Teresa de Jesús, como una de las tantas actividades a desarrollar con motivo de la celebración del V centenario de su nacimiento.
El camino transitado por este Consejo Nacional, a lo largo de estos dos años, y conscientes de este servicio a Cristo, a la Orden y a la Iglesia, ha sido de muchas bendiciones para las diferentes comunidades que forman el Carmelo Seglar a nivel nacional. A través de la experiencia compartida por los miembros del Consejo y los hermanos y hermanas de Mérida, Barquisimeto y Caracas en las visitas pastorales realizadas, nos sentimos agradecidos de Dios, por la riqueza en la vivencia del carisma teresiano que se ha podido evidenciar a través de las palabras, actitudes y compromisos de cada comunidad, y en particular de la gran influencia que tiene la palabra de Teresa de Jesús para la vida diaria de cada uno de los que formamos la gran familia de seglares carmelitas en Venezuela.



La palabra de Teresa marca profundamente los pasos que hemos dado y queremos dar como Consejo Nacional, pues nos mueve el deseo profundo de poder ser fieles a Dios a través de la vivencia comprometida del carisma recibido como cristianos carmelitas y acompañar de esta manera a los hermanos que necesitan de nuestra amistad y cercanía para construir comunidad al estilo teresiano. “Estilo de hermandad y recreación que tenemos juntas” C 13, 6

Los seglares hemos descubierto en los escritos de Teresa, un valor extraordinario tanto para los religiosos como para con nosotros, pues, aunque en su mayoría fueron dirigidos a monjas de clausura, describe su conversión y crecimiento espiritual como una liberación del mundo que la tenía sometida desde los primeros años de su vida. Hoy en día, sus escritos son punto de apoyo, incluso a otras doctrinas que se han venido alimentando paulatinamente de sus principios y postulados.-

Como testimonio de este valor y riqueza de la doctrina teresiana en los miembros de las diferentes comunidades  OCDS; se puede afirmar que las lecturas de Teresa nos ha permitido: retornar a nuestras fuentes de origen, a lo esencial; acercarnos más y con mayor profundidad a su vida, su doctrina, sus enseñanzas y a dejarnos guiar por su espíritu evangélico; servir de fuente de discernimiento ante un mundo marcado por le incredulidad, la falta de fe, el ateísmo y a la puesta en práctica de una espiritualidad que responda a las necesidades más apremiantes de la humanidad ( amor, justicia, tolerancia, igualdad, inclusión) ; así como despertar el carácter apostólico y misionero que se nos exige como carmelitas y como seguidores de Cristo.

La pauta que nos señala Teresa para seguir este camino, es hacerlo con  “determinación”, lo que ella denominará “determinada determinación”, enseñándonos de esta manera que para avanzar en el camino de Dios hay que hacerlo con decisión, con valentía, aun en las situaciones más adversas y difíciles. De no asumir esta determinación, se corre el riesgo de desanimarse el alma y perecer ante tanta influencia  del ambiente circundante. Bien decía Teresa: “…determíneme a seguir aquel camino con todas mis fuerzas” V 4,7 “Harto gran misericordia hace a quien da gracia y ánimo para determinarse a procurar con todas sus fuerzas este bien” V 11,4

Otras pautas que nos induce Teresa a seguir para lograr este camino son: saber escuchar, respetar al otro, ser afables, agradar y contentar a las personas que tratamos en especial a nuestros más cercanos, llámese familia, comunidad, vecinos, amigos y también, por qué no, con los que no comparten nuestras ideas. “Que es lo mucho que hemos de procurar; ser afables y agradar y contentar a las personas que tratamos, en especial a nuestras hermanas” C 41,7

Siguiendo los pasos en este camino trazado de servicio como Consejo Nacional, tuvimos la gran experiencia comunitaria que compartimos en el Encuentro Nacional del mes de diciembre del año 2012 en Mérida, el cual significó un paso de la gracia de Dios por nuestras comunidades, renovándonos bajo la acción del Espíritu Santo, en muchos aspectos, necesarios para mejorar las relaciones entre los miembros de cada fraternidad. Pero lo más importante fue el poder tratar juntos la urgencia que teníamos de  “ir a las cosas mismas” y así descubrir, evaluar y profundizar en el “Que tales habremos de ser”, y así al igual que los frailes y las monjas centrar nuestra formación y misión en la escucha de la palabra de Santa Teresa de Jesús a quien reconocemos como nuestra Madre y maestra, tomando su ejemplo para seguir caminando como comunidades orantes al servicio del reino.

Nos queda camino por recorrer en este servicio que Nuestro Señor Jesucristo ha querido encomendarnos como Consejo Nacional, y en este sentido nos proponemos en el tiempo que nos queda en ejercicio, desarrollar algunas actividades entre las que podrían señalarse:

  • 1º. Promover una jornada nacional con la participación de las comunidades seglares, grupos laicales, frailes y monjas, para compartir las experiencias recogidas por cada fraternidad o grupo sobre la lectura del libro de “Las Moradas”, texto propuesto para la formación este año. 
  • 2º. Avalar y animar el conjunto de actividades planificadas por las diferentes comunidades OCDS de Venezuela, con motivo de la celebración del V centenario teresiano.  
  • 3º. Acompañar de una manera activa a las distintas comunidades OCDS del país, en la consecución de las actividades planificadas a tal fin, bien a través de la presencia de alguno de sus miembros o de un intercambio comunicacional fluido entre las partes.

Con el deseo, la aspiración y la esperanza, de continuar un trabajo en favor de nuestra Orden y de nuestros hermanos, pedimos la asistencia de Dios Padre y de los Santos del Carmelo, para que nos ilumine y bendiga en todo momento. Con un fuerte abrazo carmelitano, nos despedimos hasta una próxima oportunidad.