Profeta Elías |
Nuestros comienzos se remontan a finales del Siglo XII. Según la tradición, un grupo de peregrinos se dirigieron a Tierra Santa para vivir un estilo de vida eremítica; centrada en la oración, la soledad y el silencio, la meditación de la palabra y la pobreza. Para esto se establecieron en torno a la fuente de Elías, en el Monte Carmelo.
Se tiene certeza que entre el 1207 y 1214, San Alberto de Jerusalén, Patriarca de Jerusalén, ofreció una regla de vida a los Carmelitas convirtiéndose en un texto de primordial importancia. En 1238, producto del fortalecimiento de la invasión musulmana en los lugares santos, los carmelitas viajaron a Europa, donde después de serias dificultades se consolidaron como Orden Mendicante.
De ahí surgió un estilo de vida que trata de aunar oración y vida; contemplación y acción, retiramiento y apostolado. De esta época data la visión de San Simón Stock; un general de la Orden al que se le apareció la Virgen María ofreciéndole el escapulario como prenda de la protección de la Virgen sobre quienes lo porten dignamente; de ahí surge la tradición del escapulario tan extendida en toda la Iglesia.
San Juan de la Cruz y Santa Teresa de Jesús |
De esta historia nace la presencia del Carmelo en nuestro país. A Venezuela llegamos en 1950. Hacia finales de los 60 comienzan a formarse las primeras vocaciones de venezolanos. En la actualidad estamos en cuatro zonas del país: Caracas, Barquisimeto, Mérida y San Cristóbal.
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