Queridos hermanos y hermanas en
Cristo y el Carmelo, que la gracia de nuestro Señor Jesucristo reine en sus
corazones.
Con mucha alegría les deseo
compartir un poco nuestra experiencia estas últimas semanas en las cuales hemos
podido vivir de cara a Aquel que nos ha llamado, contemplando las maravillas de
su obra creadora, así como también el poder experimentar cómo su gracia actúa
en los corazones de aquellos a quienes ha llamado a vivir cada día en obsequio suyo.
Tiempo de Gracia… Sí… Tiempo de Gracia es el que Dios nos ha permitido vivir estas últimas semanas a sus servidores Fr. Albert y Fr. Jonathan, de manera particular esta última semana en la cual los estudiantes del Seminario San Juan de la Cruz de Guatemala estuvimos de Ejercicios Espirituales con el P. Javier Alpízar, Provincial de los Carmelitas Descalzos en Centroamérica. Una semana intensa en la cual el Espíritu Santo se derramó grandemente en cada uno de los que participamos, todo giró entorno a la hermosa invitación de “Aprender a disfrutar de la Oración y la Vocación que tenemos, de la belleza de ‘Ser amigos de Dios’”. Siendo conscientes de que la vocación se aprende a disfrutar “DESDE UNA VIDA ORANTE”. El silencio y la soledad fueron el espacio oportuno para contemplar cada reflexión que se nos brindaba, momento adecuado para retirarnos al desierto de nuestra vida y dejar que allí el Señor nos hablara a nuestro corazón.
Al finalizar nuestra semana de
ejercicios espirituales se nos concedió una gracia particular en la solemnidad
de San Pedro y San Pablo, ser admitidos un grupo de cinco hermanos a los
ministerios del lectorado y acolitado, entre ellos Fr. Andrés, Fr. Wilber, Fr.
José de la Paz, Fr. Cristian y un servidor Fr. Jonathan. Por estar en mi
segundo año de Teología me concedieron el ministerio del lectorado. Muy
agradecido con Dios, la Iglesia y con nuestra Madre la Virgen María por confiarme
tan gran tesoro en mis manos. Sigo cada día contemplando lo que nuestro Señor
le dijo al Apóstol Pablo “«Mi gracia te basta, que mi fuerza se muestra
perfecta en la flaqueza». Por tanto, con sumo gusto seguiré gloriándome sobre
todo en mis flaquezas, para que habite en mí la fuerza de Cristo” (2 Co 12,9).
Con estas experiencias vividas a
lo largo de estas semanas les pedimos nos encomienden a sus oraciones, así como
nosotros les tenemos presentes y les encomendamos, Dios siga bendiciendo
nuestra vida y vocación, de manera particular a todos aquellos que hemos sido
escogidos a vivir del carisma de nuestros santos Padres Teresa y Juan.
Se despiden de Uds. Fr. Albert
de Cristo y un servidor Fr. Jonathan de Jesús de la Madre de Dios, carmelitas
descalzos…