sábado, 6 de julio de 2013

Carmelitas Descalzas, Monasterio “La Natividad del Señor”, Maracaibo, Edo. Zulia Julio 2013

Santa Teresa continúa hoy
su aventura oracional y fundacional en Maracaibo

Desde nuestra pequeña comunidad del Carmelo de Maracaibo, agradecemos a la Delegación esta iniciativa de unir a toda la familia teresiana para renovarnos juntos en nuestro Carisma.  Creemos que este gesto dará frutos de unidad y fortalecimiento espiritual para la Orden y la Iglesia.

Acercarnos a la experiencia y doctrina de Santa Teresa de Jesús, nuestra Madre, y preparándonos para celebrar el V Centenario de su nacimiento, nos sentimos partícipes del gozo que la Orden del Carmelo Descalzo vive junto al Pueblo de Dios, en estos años que nos hemos puesto a escucha del Señor a través de nuestra Fundadora. La lectura de sus obras está significando renovar  nuestra amistad con Aquel que nos amado y llamado a vivir el Carisma Teresiano.
Santa Teresa ha venido acompañando buena parte de lo que ha sido el proceso de Fundación del Carmelo Descalzo en Maracaibo.  Cuando estábamos cumpliendo dos años de haber llegado acá, iniciamos la lectura del Libro de Vida, y el día 13 de Julio de 2013 estaremos cumpliendo cinco años de haber iniciado la Fundación.  Ha sido de gran consuelo compartir con ella gozos, penurias y contradicciones. Acercarnos a la obra escrita de Teresa, ha sido redescubrir su presencia, su experiencia, su enseñanza y su compañía espiritual.  Muchas veces es como si nos estuviera manifestando su contento y nos alentar a seguir por el mismo camino que ella pasó.  Sus palabras nos animan y en muchas oportunidades nos han confirmado en decisiones que comunitariamente hemos tenido que asumir.



Teresa nos muestra su proceso de amistad con Dios, un proceso como el tuyo, como el mío.  A su lado se renueva la certeza de nuestro llamado y vocación.  Ella, mujer agraciada, que al abrirse a las mercedes del Señor, llegó a tocar fondo en su miseria humana, y se dejó elevar por la gracia y la misericordia del Señor hasta las cumbres de la contemplación del Dios Viviente, Dios Misterio de Comunión, Padre, Hijo y Espíritu Santo.  Este mismo Dios continúa hoy en su empeño de atraernos hacia sí, para colmarnos de su vida.
Aún cuando la lectura de las obras teresianas no ha dejado de ser “accidentada”, por las circunstancias dinámicas que una fundación implica, estamos realmente gozando de adentrarnos en una mina de sabiduría humana y divina en sus escritos.  Hemos experimentado comunitariamente lo que ella acota con frecuencia: “mucho me he divertido” (F.19,1), cuando ciertos asuntos ameritaban una exposición más detallada y luego parecía perdía el hilo del tema inicial.  Sin complicaciones ni complejos volvía a retomarlo en cuanto podía.  ¿Qué diremos sobre esto? Que tal cual lo hemos vivido nosotras.  Y si ella escribió sus obras entre viajes, sobresaltos y negocios, así hoy sus hijas, casi quinientos años después, entre viajes, mudanzas, sobresaltos y negocios, la hemos venido leyendo, por eso nos hemos sentido muy en sintonía con Teresa, y más allá de un conocimiento intelectual, la hemos comprendido “de lo lindo”, en comunión con su experiencia oracional, comunitaria y fundacional, en la que estamos descubriendo cómo Teresa tuvo una intensa vida comunitaria junto a las Carmelitas Descalzas de los primeros tiempos.
Estamos saboreando su experiencia de Dios en su faceta como “hermana de comunidad”.  En las lecturas compartidas que tenemos, es como si ella se sentara a nuestro lado y la estuviésemos escuchando hablar, cual gran pedagoga.  En este sentido queda patente que la Santa conserva hoy intacta su cualidad y capacidad comunicativa, su palabra es experiencia viva que dialoga con la nuestra.  Nos sentimos acompañadas por ella, animadas, iluminadas, cuestionadas por su testimonio.  Se ha ensanchado en nosotras esa confianza filial en la Santa Madre, al saber que no sólo está con nosotros para enseñarnos y guiarnos, sino también que ante el Señor intercede por nosotras.  En realidad ésta ha sido una hermosa y profunda resonancia en nuestra comunidad.
Teresa no ha tenido reparo en desvelarnos su intimidad, sus miedos, sus búsquedas, sus tribulaciones, sus luchas, sus auto-engaños, sus tentaciones y pecados, su experiencia de sentirse perdonada.  Comparte con nosotras sus esperanzas, su amor por la Iglesia, sus ansias apostólicas, sus lágrimas gozosas, sus arrobamientos y demás gracias místicas, presentándose con toda llaneza y sencillez como TESTIGO CREÍBLE DE LA VERDAD CONTEMPLADA Y AMADA EN LA HUMANIDAD DE CRISTO, quien trocó su ruindad en resplandeciente Castillo de Cristal.
El estudio comunitario, que ha consistido en leer juntas los capítulos de sus obras, y en preparar algunos puntos resaltantes de los temas propuestos por Santa Teresa en sus escritos, se ha desarrollado con sencillez, apoyándonos en algunos textos de consulta que tenemos en nuestra pequeña biblioteca.  Cada hermana ha podido compartir lo que le impacta, lo que le interpela y lo que le aclara la experiencia teresiana, y así, la Santa Madre, con su carisma de liderazgo espiritual ha ido tejiendo la trama de nuestras relaciones comunitarias con los delicados hilos del amor, el desasimiento y la humildad; labor que continúa en proceso.
Algunas veces nos hemos ayudado de las fichas publicadas en www.paravosnaci.com para nuestros retiros mensuales.  Hace dos semanas compartimos con la Hna. Ana Francisca de la Eucaristía, del Monasterio de Mérida, quien estuvo acompañándonos durante un mes en la Fundación; con ella hicimos un recorrido por todo el Libro de Moradas.
Teresa nos muestra el camino de entrega, a amar a Dios desde todo lo que hacemos.  Ella nos impulsa a afianzar nuestra fidelidad a Jesucristo, nos invita a seguir profundizando en la fuente de Agua Viva, y nos contagia de su celo por la salvación de las almas, para que todos nuestros hermanos lleguen a beber de esta agua que enciende la caridad (CV. 19,5).
Ante la situación crítica de nuestro país, sentimos resonar con fuerza las palabras de nuestra Santa Madre: “No me deja de quebrar el corazón ver tantas almas como se pierden… para esto os juntó aquí… éstos han de ser vuestros negocios, vuestros deseos… No es tiempo de tratar con Dios negocios de poca importancia” (CV. 1, 4-5).  Y ante las manifestaciones de idolatría que hemos palpado con nuestros propios ojos, comprendemos mejor lo que dice en otra parte: “cada día voy entendiendo más el fruto de la oración, y lo que debe ser delante de Dios un alma que por su honra pide remedio para otras” (Cta. 96,5).
Damos gracias a nuestro Señor, por esta experiencia que nos está permitiendo vivir de la mano de Teresa, ya que de alguna manera el Carisma Teresiano leído, compartido, profundizado, vivenciado y celebrado es un DON que el Espíritu Santo va recreando en nosotras hoy, y nos impulsa en nuestro compromiso de ser “predicadoras de obras”, desde nuestra vida contemplativa.  Sentimos una profunda gratitud por el regalo recibido y confiado a nuestra pequeñez, don que nos está introduciendo en el corazón de esta Iglesia marabina para procurar en ella el ensanchamiento de su capacidad de COMUNION con la SANTÍSIMA TRINIDAD, y así broten las obras luminosas de la Caridad desde la fuente límpida que mana desde el centro del Castillo Interior, en medio de una sociedad cuyas relaciones sociales se hayan marcadas por el interés, el ventajismo y la despreocupación del bien del prójimo.
Queremos celebrar este V Centenario viviendo a fondo esta experiencia fundacional, siendo testimonios vivos de que algo diferente pasa en nosotras, y así atraer a otros a vivir la aventura teresiana de la oración, como trato de amistad con Dios en el hondón del alma y el encuentro fraterno con los demás en el compartir de cada día.  Así como estar cercanas a nuestros hermanos del Carmelo Seglar que están haciendo camino acá en Maracaibo, en la medida de nuestras posibilidades.
Tendremos algunas celebraciones comunitarias para unirnos a la festividad del V Centenario: Horas Santas, Misas Votivas de Santa Teresa, Oración del V Centenario en nuestro ritmo de rezo diario, entre otras. Tenemos entre manos el inicio de la obra de construcción del Monasterio y esa será una contribución concreta de nuestro Carisma para la Iglesia local.  Nos confiamos a sus oraciones fraternas y agradecemos todo el apoyo que nos puedan brindar en este sentido como miembros de la Familia Teresiana en Venezuela.