jueves, 9 de agosto de 2012

A los 70 años del Martirio de Edith Stein

Edith Stein es una figura apasionante, y amplísima: Apasionada buscadora de la verdad. Tras transitar por los caminos del ateísmo, quedó prendada por la doctrina de Santa Teresa de Jesús y sentada a sus pies la tomó como maestra del camino del espíritu. Y en esta escuela llegó a hacer de la Cruz no sólo una noticia valiosa de su caminar cristiano sino tal vez la páginas más relevante de su biografía de santidad.

Hoy se cumplen exactamente 70 años del día en que Edith Stein, ofrendó su vida en favor de su pueblo (los judío) y de nosotros los que nos beneficiamos de su testimonio de fe. Ese día Edith muere con un grupo compuesto casi enteramente de judíos bautizados.



Pero de ese grupo, tal vez es Edith Stein,  la que mejor ha contemplado la fecundidad del misterio de la Cruz El telegrama que Edith había enviado a la Priora de Echt antes de ser llevada a Auschwitz, contenía esta declaración:
"No se puede adquirir la ciencia de la Cruz más que sufriendo verdaderamente el peso de la cruz. Desde el primer instante he tenido la convicción íntima de ello y me he dicho desde el fondo de mi corazón: Salve, OH Cruz, mi única esperanza".

Por eso queridos hermanos para conmemorar estos 70 año de su Martirio les invitamos a orar con este fragmento de su escrito Ave Crux, spes unica.

"El mundo está en llamas: el incendio podría también propagarse a nuestra casa, pero por encima de todas las llamas se alza la cruz, incombustible. La cruz es el camino que conduce de la tierra al cielo...
El mundo está en llamas: ¿Deseas apagarlas? Contempla la cruz: del Corazón abierto brota la sangre del Redentor, sangre capaz de extinguir las mismas llamas del infierno. Mediante la fiel observancia de los votos, mantén tu corazón libre y abierto; entonces rebosarán sobre él los torrentes del amor divino, haciéndolo desbordar fecundamente hasta los confines de la tierra...
El Crucificado clava en ti los ojos interrogándote, interpelándote. ¿Quieres volver a pactar en serio con Él la alianza? Tú sólo tienes palabras de vida eterna. ¡Salve, Cruz, única esperanza!
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