San José obrero, patrono de los trabajadores.
Quiero de corazón asociarme en fraternal oración a la alegría de los fieles de la parroquia carmelitana de San José Obrero; en acción de gracias por la fe renovada en la Pascua, acción de gracias a Cristo Jesús el Señor Resucitado y por la gran familia que Él fundó, que es asamblea convocada, la Iglesia, el redil de la ovejas, que ha resonado en nuestros corazones el domingo pasado: "Yo soy el buen pastor, yo doy la vida por mis ovejas." Quiero unirme a la alegría de fray Cristóbal Domínguez, actual párroco carmelita, hermano presbítero, con el que comparto mi vida consagrada en la comunidad, me uno también a los miembros de los diferente grupos de apostolado que viven su fe activa, conformando una sólida comunidad eucarística en constante crecimiento y de un modo particular quiero dirigir unas palabras de aliento a los jóvenes y a los niños que han empezado un camino con Cristo Vivo, de la mano de nuestra hermana y madre María de Nazaret a la que asociamos en la Iglesia al plan salvífico de Dios, hoy queremos invocarla y descubrir en San José su Castísimo esposo un modelo del cristiano de hoy, específicamente, modelo de los que hemos dicho al Señor que nuestra casa es su casa, me refiero a la construcción en que nosotros somos piedras vivas, Jesús la piedra angular que desecharon los albañiles , esa Casa es la iglesia.
Tenemos que contagiar con la fe vivida y atraer a muchos, debemos convocarlos en el Taller de San José, donde necesariamente aprenderemos a trabajar para hacer un espacio más bellamente elegido como signo de la civilización del amor, eso se logra con un trabajo univoco, es decir uniendo las fuerzas para construir una parroquia carmelitana, desde donde José, nos haga ver en la cruz de su Hijo adoptivo, un camino que nos atrae, un paso a la vida nueva. Al pensar hoy en José, esposo de la Virgen María, lo asocie a lo que dice 2 Timoteo 2. 15 "Procura con diligencia presentarte a Dios aprobado, como obrero que no tiene de qué avergonzarse, que usa bien la palabra de Verdad".
Debemos asumir que todo lo que Dios nos da es para que agradezcamos y trabajemos con empeño en nuestro mundo pero teniendo siempre nuestros ojos puestos en su gloria, debemos pedir con fe por intercesión de San José que Dios no se olvide de la obra de sus manos y haga que todos los hombres, mediante el trabajo honesto, tengan una vida digna.
"El desempleo es una realidad humana cruel, los frutos amargos de los que están sin trabajo son irreparables: humillación, depresiones creciente por el gran número de personas sin empleo, como consecuencia, drogas, delincuencia, crisis familiares y situaciones personales desesperadas; los desempleados sufren de enfermedades somáticas, trastornos sicológicos, deterioro de personalidad; hace que la familia del desempleado viva en un ámbito de enfermedad mental", La persona y la sociedad se realizan mediante el trabajo humano y humanizador. Por eso, la quiebra en la realidad del trabajo supone una quiebra importante en la humanización de la historia. El hambre, la pobreza y el desempleo traen, además de su peculiar cuota de deshumanización, una común aportación negativa: la inestabilidad social". (Conferencia Episcopal de España)
El Beato Juan Pablo II en su Carta Encíclica Sobre el Trabajo Humano, apela por la humanización del trabajo humano y concretamente pide que se le otorgue la dignidad que le corresponde y la prioridad del trabajo sobre cualquier otra realidad del mundo económico. "El primer fundamento del valor del trabajo es el hombre mismo…el trabajo esta en función del hombre y no el hombre en función del trabajo". En síntesis el Papa propone como orientaciones concretas que oriente y solucione la cuestión social: Prioridad del "trabajo" sobre el "capital" (n. 12); revisión de la doctrina y de la práctica sobre la "propiedad privada" (nn. 14ª y 15); exigencia ética de superar los sistemas económicos des-humanizantes (n.14); reformulación de los "derechos del trabajador" (nn.16-23)
Nadie puede negar el deber que tiene todo hombre de trabajar; el trabajo es el medio para sostener la vida; en él se realiza el perfeccionamiento personal; cumple un servicio social; es, además, signo de la dimensión religiosa del hombre con Dios.
Laborem Exercens dedica la última parte (Cap. V, nn 24-27) a evidenciar elementos de una espiritualidad del trabajo:
El trabajo ha de vivirse como participación en la obra del Creador:
El trabajador cristiano encuentra en Cristo el auténtico "Hombre de trabajo"
La vida del trabajo cobra su sentido pleno si se le vivencia a través del misterio de la Cruz y de la Resurrección de Cristo.
San José, amigo de los pobres, consuelo de los que sufren, santo de la entrega y el servicio. Tú fuiste en la tierra el representante de la bondad y disponibilidad a la obra de Dios. Tú fuiste artesano de Nazaret, ejemplo y maestro del trabajo para Jesús, que se hizo también humilde obrero por nosotros. Ayúdanos. Somos tus hijos que imploramos tu pronta intercesión. Concede trabajos a los que no tienen y seguridad laboral a los trabajadores. Sé consuelo en nuestros problemas, enfermedades y tribulaciones; inspira a los padres de nuestra comunidad y ayúdalos a ser mejores. Entregamos especialmente a tu eficaz intercesión y protección las familias más necesitadas y en crisis. También a los niños de la calle, los jóvenes desorientados, los drogadictos, los indigentes los alcohólicos, los abandonados, los enfermos, los ancianos, los desempleados, los estudiantes, los hijos sin padres, las madres solteras, los que padecen injusticia y los excluidos. Se tu nuestro apoyo y llévanos a los brazos de tu hijo por medio de tu esposa a quienes veneramos como la Virgen del Carmen.
"No me acuerdo hasta ahora haberle suplicado cosa que la haya dejado de hacer…querría yo persuadir a todos fuesen devotos de este glorioso santo, por la gran experiencia que tengo de los bienes que alcanza de Dios; no he conocido persona que de veras le sea devota y haga particulares servicios, que no la vea más aprovechada en la virtud porque aprovecha en gran manera a las almas que a él se encomiendan. Paréceme que ha algunos años que cada año en su día le pido una cosa, y siempre la veo cumplida; si va algo torcido la petición, él la endereza para más bien mío." (V 6, 6-7).
Fray Alonso de Nuestra Señora de la fe ocd