Según lo proyectado por la Conferencia Episcopal Venezolana hemos realizado este Congreso durante los días 23 al 26 de Junio con la presencia de nuestros Obispos, sacerdotes, diáconos, religiosas y religiosas y fieles laicos representantes de las diversas iglesias particulares del país viviendo una experiencia de reflexión, oración y comunión en torno a Jesús Sacramentado. Es de hacer notar que el anterior Congreso se realizó en Caracas en 1956 y que hasta este momento no se había realizado otro Congreso en el país. Puede pensarse en este Congreso como un momento de gracia para la vida de la Iglesia Venezolana y su acción Evangelizadora.
La sede del Congreso fue las instalaciones del Colegio San José de Tarbes del Paraíso(Caracas) y la misa de Clausura presidida por el Sr Cardenal Jorge Urosa Savino y concelebrada por el Sr Nuncio Pietro Parolin y el Episcopado en pleno junto a numerosos sacerdotes y diáconos y una feligresía que según datos periodísticos alcanzó el número de 14.000 fieles, se realizó en la av. Francisco de Miranda de la ciudad capital. El Congreso se realizó con jornadas de reflexión(unas 55 comunicaciones), momentos de oración junto al Santísimo Sacramento y grandes celebraciones Eucarísticas donde sentimos que el Sacramento construye la Iglesia.
El Carmelo también tuvo su representación en la presentación de comunicaciones a través del Dr Eliecer Coronel, laico carmelita de San Joaquín, la hna. Anny Primera del Monasterio de los Chorros y del P. Publio Díaz, quien suscribe esta nota, del Convento de Mérida, así como otros miembros de nuestro Carmelo Seglar quienes estuvieron en calidad de participantes. El número aproximado de participantes a la Aula del Congreso se calculó en 1300. La fraternización y el compromiso de los Delegados al Congreso se convierte en tarea que podemos resumir en un número del mensaje final:
“ El lema de este Congreso Eucarístico debe constituir un desafío y un compromiso: de nuestra santidad, testimonio y entusiasmo dependerá que nuestro apostolado despierte y concientice en nuestras comunidades que Cristo es Pan de vida para nuestro pueblo. Desde la vivencia de este Congreso Eucarístico y en la continuidad de la misión evangelizadora de la Iglesia en nuestra Patria nos hemos propuesto: reconocer, profundizar y celebrar el misterio y el don de la Eucaristía; fortalecer la fe y el testimonio de cada uno como Iglesia; centrar la pastoral evangelizadora, renovadora y misionera en la celebración de la Eucaristía; y orar fervientemente por la abundancia de vocaciones al servicio sacerdotal y a la vida consagrada”
(MENSAJE FINAL DEL CONGRESO, 4
P. Fr. Publio Díaz
