jueves, 3 de mayo de 2012

ESTRACTO DE LA HOMILIA EN HONOR DE SAN JOSÉ OBRERO, PARROQUIA OCD, CARACAS

En el Taller de San José
San José obrero, patrono de los trabajadores.
Quiero de corazón asociarme en fraternal oración a la alegría de los  fieles de la parroquia carmelitana de San José Obrero; en acción de  gracias por la fe renovada en la Pascua, acción de gracias a  Cristo Jesús el Señor Resucitado y por la gran familia que Él fundó, que es  asamblea convocada, la Iglesia, el  redil de la  ovejas, que ha resonado en nuestros corazones el domingo pasado: "Yo soy el buen pastor, yo doy la vida por mis ovejas." Quiero unirme a  la alegría de  fray Cristóbal Domínguez, actual párroco carmelita, hermano presbítero, con el que comparto mi vida consagrada en la comunidad,  me uno también a los miembros de los  diferente  grupos de apostolado que  viven su fe activa, conformando una sólida comunidad eucarística en constante crecimiento y de un modo particular quiero dirigir unas palabras de aliento a los jóvenes y a los niños que han empezado un camino con Cristo Vivo, de la mano de nuestra hermana y madre María de  Nazaret a  la  que asociamos en la Iglesia  al plan salvífico de  Dios, hoy queremos invocarla y descubrir en San José  su Castísimo esposo un modelo del  cristiano de hoy, específicamente, modelo de  los que  hemos  dicho al Señor que nuestra casa es  su casa,  me refiero a la construcción en que nosotros somos piedras vivas, Jesús la piedra angular que desecharon los albañiles , esa Casa es la iglesia.


Tenemos que contagiar con la fe vivida y atraer a muchos, debemos convocarlos en el Taller de  San José, donde  necesariamente aprenderemos a trabajar para hacer un espacio más bellamente elegido como signo de la civilización del amor, eso se logra con un trabajo univoco, es decir uniendo las fuerzas para  construir una parroquia carmelitana, desde donde  José, nos haga ver en la cruz de su Hijo adoptivo, un camino que nos  atrae, un paso a la vida nueva. Al pensar hoy en José, esposo de la Virgen María, lo asocie a lo que dice  2 Timoteo 2. 15 "Procura con diligencia presentarte a Dios aprobado, como obrero que no tiene de qué avergonzarse, que usa bien la palabra de Verdad".
Debemos  asumir que todo lo que  Dios  nos  da es para que  agradezcamos y trabajemos con empeño en nuestro mundo pero teniendo siempre nuestros ojos puestos en su gloria, debemos pedir  con fe por intercesión de San José que Dios no se olvide de la obra de sus manos  y haga que todos los hombres, mediante el trabajo honesto, tengan una vida digna.
"El desempleo es una realidad humana cruel, los  frutos  amargos de los que están sin trabajo son irreparables: humillación, depresiones  creciente por el gran número de personas sin empleo, como consecuencia, drogas, delincuencia, crisis familiares y situaciones personales desesperadas; los desempleados  sufren de enfermedades somáticas, trastornos sicológicos, deterioro de  personalidad; hace que la familia del desempleado viva en un ámbito de enfermedad mental", La persona y la sociedad se realizan mediante el trabajo humano y humanizador. Por eso, la quiebra en la realidad del trabajo supone una quiebra importante en la humanización de la historia. El hambre, la pobreza y el desempleo traen, además de su peculiar cuota de deshumanización, una común aportación negativa: la inestabilidad social". (Conferencia Episcopal de España)
El Beato Juan Pablo II en su Carta Encíclica Sobre el Trabajo Humano, apela por la humanización del trabajo humano y concretamente pide que se le otorgue  la dignidad que le corresponde y la prioridad del trabajo sobre cualquier otra realidad del mundo económico. "El primer fundamento del valor del trabajo es el hombre mismo…el trabajo esta en función del hombre y no el hombre en función del trabajo".  En síntesis el Papa propone como orientaciones  concretas que oriente y solucione la cuestión social: Prioridad del "trabajo" sobre el "capital" (n. 12); revisión de la doctrina y de la práctica sobre la "propiedad privada" (nn. 14ª y 15); exigencia ética de superar los  sistemas económicos des-humanizantes (n.14); reformulación de los "derechos del trabajador" (nn.16-23)
Nadie puede negar  el deber que tiene  todo hombre de trabajar; el trabajo es el medio para sostener la vida; en él se realiza el perfeccionamiento personal; cumple un servicio social; es, además, signo de la dimensión  religiosa del hombre con Dios.
Laborem Exercens dedica  la última parte (Cap. V, nn 24-27) a  evidenciar  elementos de una espiritualidad del  trabajo:
El trabajo ha de  vivirse como participación  en la obra del Creador:
El trabajador cristiano encuentra en  Cristo el auténtico "Hombre de trabajo"
La vida del trabajo cobra su sentido pleno si se le vivencia a través del misterio de la Cruz y de la Resurrección de Cristo.
San José, amigo de los pobres, consuelo de los que sufren, santo de la entrega y el servicio. Tú fuiste  en la tierra el representante de la bondad y disponibilidad a la obra de Dios. Tú fuiste artesano de  Nazaret, ejemplo y maestro del trabajo para Jesús, que se hizo también humilde obrero por nosotros. Ayúdanos. Somos tus hijos que imploramos tu pronta intercesión. Concede trabajos a los que no tienen y seguridad laboral a los trabajadores. Sé consuelo en nuestros problemas, enfermedades y tribulaciones; inspira a los padres de nuestra comunidad y ayúdalos a ser mejores.  Entregamos especialmente a tu eficaz intercesión y protección las familias más necesitadas y en crisis. También  a los niños de la calle, los jóvenes desorientados, los drogadictos, los indigentes los alcohólicos, los abandonados, los enfermos, los ancianos, los desempleados, los estudiantes, los hijos sin padres, las madres solteras, los que padecen injusticia y los excluidos. Se tu nuestro apoyo y llévanos a los brazos de tu hijo por medio de tu esposa a quienes veneramos como la Virgen del Carmen.
"No me acuerdo hasta ahora haberle suplicado cosa que la haya dejado de hacer…querría yo persuadir a todos  fuesen devotos de este glorioso santo, por la gran experiencia que tengo de los bienes que alcanza de Dios; no he conocido persona que de  veras le sea devota y haga particulares servicios, que no la vea más aprovechada en la  virtud porque aprovecha en gran manera a las almas que a él se encomiendan. Paréceme que ha algunos años que cada año en su día le pido una cosa, y siempre la veo cumplida; si va algo torcido la petición, él la endereza para más bien mío." (V 6, 6-7).
                                                                                                               Fray Alonso de Nuestra Señora de la fe ocd