sábado, 9 de junio de 2012

Toma de Posesión, Diócesis de Trujillo


El sábado 9 de Junio de 2012, en la Catedral de la Ciudad de Trujillo, se llevó a cabo la Toma de Posesión del nuevo obispo de la Diócesis de Trujillo Monseñor Fr. Oswaldo Azuaje.

La Celebración contó con la presencia del Nuncio Apostólico Pietro Parolin en representación del Santo Padre y el Cardenal Jorge Urosa Savino, Arzobispo de Caracas. Participaron también unos 25 obispos de todo el País, las autoridades civiles y militares del Estado. Una nutrida asamblea del clero diocesano de Trujillo y sacerdotes de Maracaibo, Mérida y otras partes de Venezuela. Nos hicimos presente los frailes de la Delegación, las hermanas Carmelitas del Divino Corazón de Maracaibo, y miembros del Carmelo Seglar. Y no podemos dejar de mencionar a su querida familia en especial su mamá nuestra querida Doña Paula.



Mons. Oswaldo es el cuarto Obispo de la Diócesis. Le antecede Mons. Vicente Ramón Hernández Peña, quien ha sido un muy buen pastor durante 30 años, entre 11 de junio de 1982 y el 9 de junio de 2012. Han sido también obispos de esta diócesis desde su creación en 1957 los obispos:  Arturo Ignacio Camargo (2 de septiembre de 1957 - † el 13 de diciembre de 1961 ) y José Léon Rojas Chaparro  (13 de diciembre de 1961 - † 11 de junio 1982)

El ambiente de la celebración era de gran expectación ante esta sucesión tan poco común en la vida de la Iglesia. Pero particularmente la palabras de la homilía de Monseñor Oswaldo disiparon ampliamente estas inquietudes. Percibo esa homilía como una joya. Por lo que la hemos publicado aquí para que la puedan disfrutar como nosotros la disfrutamos en ese dichoso día.

Dentro de su mensaje destacó su compromiso con la causa de beatificación del venerable José Gregorio Hernández lo que arrancó un multitudinario aplauso de la feligresía de la tierra natal del venerable. Finalmente su nueva misión queda bajo el amparo de nuestra Señora de la Paz. Y que mejor advocación para los pies descalzos de este nuevo mensajero de la Paz para el pueblo de Trujillo.
Con su llegada a Trujillo en gran medida también llega nuestra Delegación, abramos nuestro corazón a lo que el Espíritu nos pide de este signo de su providencia en el caminar de la historia del Carmelo en Venezuela.


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