En la alegría que brota de sabernos regalados por el Espíritu Santo en Pentecostés, reciban un fraternal saludo querida familia del Carmelo Descalzo en Venezuela.
El itinerario de la lectura Teresiana en el camino de preparación al V Centenario del Nacimiento de la Santa Madre, nos ha permitido reflexionar y redescubrir, una vez más, nuestra vocación laical, nuestra propia identidad y su discernimiento. La experiencia de Dios Amigo es fundante y se ha enraizado en lo mas profundo de nuestra alma; imitar la relación de Teresa con Dios, la cual es un camino de amistad, es Historia de Salvación teresiana y nuestra. Lo sistemático y pedagógico de Teresa en estos asuntos del espíritu, la convierten en maestra de oración, maestra de nuestros procesos. La perseverancia en la fe y la obediencia han de ser fundamentales en nuestra comunidad para seguir en este caminar que es la concreción de nuestro seguimiento de Cristo. Vivimos ciertamente muchas contradicciones de nuestra parte, propias de la naturaleza humana, pero la misericordia de Dios siempre es más grande y nos ayuda a superar estos tropiezos y, sin duda alguna, nos permite concretar la experiencia cristiana de nuestro Proyecto de Vida que formulamos en nuestra Promesa: la gratuidad del llamado, la rotura con las seguridades humanas en espíritu de desprendimiento y disponibilidad, la comunión con Jesús viviendo en pureza de corazón conforme a la voluntad de Dios, la pertenencia a la comunidad de discípulos según el espíritu de la Orden del Monte Carmelo y la misión evangelizadora testimoniando y anunciando el proyecto de Dios en las realidades de nuestro país.
El legado de Teresa esta ahora más vigente que nunca, es nuestra responsabilidad transmitirla y llevarla a nuestras realidades.
Teresa nos enseña la importancia de la oración, nos recalca que es pérdida de tiempo no practicarla, que mucho mal hace no hacerla. Nos dice que tratemos a Dios como a un amigo muy amado y que su lugar predilecto está en el centro de nuestra Alma. Nos invita a seguir en el continuo proceso de autoconocimiento (descubrir nuestras virtudes y miserias), que también es oración, nos invita a compartir la oración y nuestras experiencias de oración en comunidad. Teresa también incentiva a practicar verdadera humildad, a andar en verdad y a obedecer, a “someternos” a la voluntad del Amado. Teresa nos anima en la Fe, acompañándonos en este caminar de comunión con el Señor, animados por el Espíritu Santo, traspasando las murallas de Ávila y las realidades de la iglesia actual, esa misma iglesia de Teresa en donde como laicos estamos llamados a vivir una espiritualidad transfigurada como comunión fraterna en la que es posible la misma experiencia básica del espíritu, ello estimula en nosotros un camino comunitario que redescubre la unión con los hermanos como lugar de la presencia trinitaria en donde nos son revelados los medios que nos ayudan en esta tarea: la centralidad en el amor, el dialogo, la constante reconciliación, la oración comunitaria y la misión cristiana; Llamados a la santidad, comprometidos con nuestra vocación de Carmelitas Teresianos Universitarios a vivir en plenitud nuestra consagración bautismal, viviendo amados por Dios, el Dios de Jesús, el Dios de Teresa, el Dios nuestro, “Aunando la Ciencia y la Fe”, en el medio de las realidades académicas, profesionales, personales y familiares.
En Teresa hemos revivido el llamado de Dios a renovar nuestra relación de amistad con Él. Expresándose en un apostar día a día por la vida de oración y vida de fraternidad, es por ello que en el CTU hemos venido realizando encuentros extraordinarios donde hemos compartido la vida a la luz de Teresa de Jesús; participamos en el Encuentro de Laicos Carmelitas “Para Vos Nací” y en Jornadas teresianas propuestas por la orden, igualmente en nuestras reuniones ordinarias en el Decanato de Medicina de la UCLA hemos desarrollado temas acerca de la vida y obra de la Santa. Al igual que todos desearíamos poder estar presentes en las actividades por el V Centenario en Ávila España, por lo que en primera línea, los esfuerzos estarán orientados a lograr dicho cometido. Sin embargo, limitaciones como la distancia y la económica no serán impedimento para celebrar con regocijo esta festividad desde nuestras comunidades. En nuestro caso esperamos poder realizar, en el seno de la universidad, unas Jornadas Teresianas que incluyan la proyección de películas sobre la Santa, conversatorios y foros, todo esto con el invaluable apoyo de la familia de la Orden del Carmelo, pero la mayor riqueza con la que podemos celebrar este V Centenario es actuar conforme al tiempo que vivimos, siendo testimonio con nuestras obras de la experiencia encarnada de la espiritualidad carmelitana en nuestro día a día, vivir a plenitud cada día, ser testimonio del Yo Soy Uno y Trino, conscientes de que “Ser Carmelita Hoy”, es vivir con una “determinada determinación”, la vocación a la cual hemos sido llamados: ser hijos de Dios, hijos de la iglesia, viviendo a plenitud en esta comunidad de fe y amistad en la cual nos juntó el Señor para trabajar en la construcción del Reino de Dios.
Confiados en que el Espíritu Santo se sigue derramando en gracia y bendiciones, nos despedimos, sus hermanos del CTU.