viernes, 18 de octubre de 2013

Desde el “CORAZÓN DE JESÚS”

Siempre nos habían contado que la experiencia del noviciado es lo más hermoso de la vida religiosa y que en él es donde se sientan las bases para vivir toda una vida consagrado al Señor y que según cómo fue el noviciado así será el religioso. Durante estos meses que llevamos experimentando y viviendo el noviciado en esta casa del “Sagrado Corazón de Jesús”, podemos decir que sí, es la experiencia más hermosa, edificadora, formadora y comunitaria de la vida religiosa. Ha sido realmente un tiempo de gracia y bendición en compañía de los hermanos y la comunidad formativa. Desde el día que llegamos nos hemos sentido en casa y esto es otra gracia del Carmelo, ver que es una sola familia donde quiera que uno vaya. La diversidad cultural ha hecho que la comunidad se edifique cada día más, ya que hay hermanos de Perú, Ecuador, Colombia y Venezuela, y a pesar de eso no se ha sentido las barreras culturales ya que hemos sabido integrarlas muy bien. Por gracia de Dios podemos decir que es una comunidad ideal, muchas de las personas que nos visitan, siempre nos hacen el comentario, que se siente realmente la alegría y felicidad en todos y podemos decir que esto sí es posible, pero se dá principalmente por el trato de amistad y relación con Dios a través de la oración, de allí deriva lo demás, así como nos lo dice nuestra madre Teresa de Jesús, que la oración es un trato de amistad con Dios y con aquel que sabemos nos ama (cf V 8,5), y de ahí, de ese trato de amistad surgen las relaciones que las demás personas.




Durante estos meses hemos leído las obras de santa Teresa lo cual nos ha ayudado a conocer más a fondo la doctrina y carisma teresiano. Es muy interesante ver que las palabras de santa Teresa son en la actualidad muy vivas y eficaces, ver que todavía su magisterio tiene muchísimas cosas que enseñarnos. Su concepto de oración, de relación con Dios, con los hermanos, con los familiares y amigos, ella supo abarcar todos los aspectos más importantes del ser humano y sobre todo darle mayor plenitud y vivencia, pero sobre todo hemos aprendido de la santa lo que se refiere al conocimiento propio, a lo cual hace mucho énfasis, como lo dice en el libro de las fundaciones “tengo por mayor merced de Señor un día de propio y humilde conocimiento, aunque nos haya costado muchas aflicciones y trabajos, que muchos de oración” F 5,16. A raíz de eso unos de los principales aportes del noviciado es ese conocimiento interior, ya que también el tiempo y el lugar son muy oportunos y propicios, y la oración juega en esto un papel muy importante porque a través de ella nos conocemos y conocemos más a Dios. 



También a partir del mes de agosto empezamos a estudiar la doctrina de san Juan de la Cruz y él como buen aprendiz de santa Teresa nos dejó un gran legado. Para muchos el santo es alguien muy complicado de estudiar y sobre todo de seguir por su doctrina de las nadas, pero una vez que empezamos a profundizar en sus escritos vemos que no es así. Es un hombre de una gran sabiduría y sobre todo un hombre enamorado del Amado, de Dios, y desde allí hay que comprender su doctrina y sus enseñanzas. En el Cántico espiritual encontramos en toda su estructura una  búsqueda del Amado y esto es lo que realmente toda persona hace, buscar ese encuentro íntimo con el Ser Superior, con Dios.


Pero todo esto no se puede quedar en el interior, debemos trasmitirlo a aquellos que más lo puedan estar necesitando y de aquí nace una de las experiencias más edificadoras de este tiempo, que en lugar de nosotros enseñarlo, nos ha enseñado muchísimo y es la pastoral, específicamente la visita a los abuelitos y enfermitos, a quienes le llevamos la comunión semanalmente. Es una realidad muy transformante porque desde lo que cada uno de ellos está viviendo nos muestran el rostro vivo de Nuestro Señor, le llevamos a Cristo hecho Pan y ellos nos lo devuelven hecho vida.


Por último, en estos meses que nos quedan para nuestra profesión, estamos tratando de aprovechar el máximo todo lo que hacemos y a la vez preparando nuestra vida poco a poco para dar este maravilloso paso dentro de la vida religiosa que son los primeros votos, muy confiados en la Misericordia del Señor que nos ha llamado y en la Santísima Virgen del Carmen cuyo hábito llevamos, porque si ellos nos llevan, no nos perderemos; si nos sostienen, no nos caeremos y si nos cuidan, no tendremos miedo. Realmente estamos muy contentos por esta oportunidad que nos ha brindado la Delegación de venir a Colombia a vivir esta experiencia única en la vida religiosa y a la vez muy agradecidos con la Provincia de Colombia por abrirnos sus puertas y brindarnos todo su apoyo y la formación necesaria para esta etapa tan importante. Muy unidos en la oración y les pedimos que sigan orando por cada uno de nosotros para que el Señor lleve a feliz término lo que un día empezó en nosotros.


Fray Johan de Santa Teresita y del Consuelo de María
Fray José Gregorio de la Inmaculada Concepción
Fray Jesús de la Virgen María, Madre de Dios